April 26, 2024

Mi universidad

(18 de diciembre de 2006)

Con este concepto me refiero, en forma prioritaria, a la Universidad Autónoma de Nuevo León, en la que la semana pasada fue reelecto el rector José Antonio González Treviño, quien a través de impulsar la cultura, la investigación y la innovación tecnológicas, se ha convertido en el mejor rector de los últimos 20 años. Por lo anterior, estoy tranquilo, existencialmente, de ver esta institución a la que me ligan tantos afectos y recuerdos en un buen rumbo.

Pero también considero mi universidad a todas las instituciones de educación superior de la República, porque estoy convencido de que, con su presencia, le dan a nuestra patria una conciencia histórica y una esperanza de creatividad basada en la libertad que da el conocimiento. Por eso estoy muy preocupado por la política salvaje del secretario de Hacienda, que trata de reducir los presupuestos para el trabajo de la conciencia que la universidad representa en una nación.

Quizás para muchos políticos y empresarios actuales sea difícil entender este romanticismo histórico, porque ellos están preocupados por la innovación, la transferencia tecnológica y la competitividad internacional, características de la globalización. Sin embargo, estos conceptos pragmáticos olvidan la verdadera misión del conocimiento y de la ciencia, que es no sólo la de competir y producir, sino también la de generar la libertad en el conocimiento, como fórmula para encontrar la felicidad; abstracción utópica, pero indispensable en la vida de cualquier ser humano y la sociedad.

Es imperativo que todos los universitarios apoyemos a las universidades nacionales y, por supuesto, escuchemos las recomendaciones de la OCDE, presentadas en esta ciudad, para diversificar el currículo, integrar los esfuerzos, vincularnos con el sector productivo y aprovechar la enorme y rica cauda del servicio social; todo esto sin olvidar que la universidad no sólo debe formar profesionistas para trabajar y competir, sino preparar fundamentalmente seres humanos íntegros, capaces de pensar… pensar… pensar y servir.