El Bronco presentará buenos y regulares resultados.
Mañana el gobernador del Estado presentará su Informe ante el Congreso y ante el pueblo de Nuevo León, en un evento singular y único porque no tenía partido político y sus compromisos de campaña tenían una visión muy prometedora para el progreso, la honestidad y el desarrollo de la entidad.
El gobernante ha podido hacer algunas cosas que han mejorado la administración y también dado más transparencia y confianza al fenómeno financiero. También ha logrado llevar a cabo otras actividades buenas para el estado, pero esto se ha neutralizado por su candidatura a la Presidencia, hecho que le causó numerosas críticas.
Tiene colaboradores valiosos, que hacen enormes esfuerzos para que se haga justicia fiscal a la entidad. No se han cumplido muchas promesas, porque la superficialidad del fenómeno político ha generado una serie de contradicciones, críticas, campañas periodísticas antagónicas de oficio, que han señalado y a veces exagerado los errores.
En síntesis, el entorno político no le es favorable al gobernante porque la imagen aparente desborda la real de su auténtico interés, y magnifica los errores, que son varios y deben ser corregidos.
Yo, como todos los ciudadanos, espero oír el Informe y si uno tiene buena fe, debe esperar a leerlo con cuidado, extraer lo positivo, conservar la capacidad crítica sin destruir, todo en aras del instinto natural a la contradicción y al cambio, y después, en un análisis racional, emitir un juicio interno y externo.
No sé qué va a suceder con la opinión llamada pública, que a veces es influida por los poderes fácticos y por algunos medios de comunicación que quieren gobernar, pero al margen de conservar la democracia crítica y ampliar la solidaria y participativa, tenemos que preguntarnos: ¿qué podemos hacer para ayudar al Estado?, ¿apoyar al gobernante en sus múltiples gestiones o solo quedarnos amargados, resentidos y críticos?, porque esto último terminará la esperanza.
Descartes: Pienso, luego existo… A la ley hay que obedecerla o cambiarla, y al gobernante hay que apoyarlo o cambiarlo, pero no perder el tiempo en críticas liliputienses azuzadas por intereses de poder.
https://www.milenio.com/opinion/luis-eugenio-todd/ciencia-politica/tercer-informe-de-gobierno
