La ciencia y la técnica desbordan el voto popular
Me refiero, de entrada, a la consulta popular sobre el nuevo aeropuerto en construcción en Texcoco, señalando que esa consulta es un absurdo porque en ese tipo de construcciones la problemática técnica y el análisis científico de diversas causologías tiene que ser hecho por expertos que conozcan el tema. La democracia, como la aristocracia del pueblo griego, ya no funciona en la época del desarrollo científico y tecnológico que vivimos.
También hago mención a la llamada consulta educativa, en la cual se han hecho foros y recogido miles de opiniones sobre tópicos que en otra época fueron retórica histórica, o literatura, o simplemente abstracción para educar a través de la figura del maestro y del alumno, pero que en la actualidad, por todos los avances, se han convertido en un proceso científico y en una técnica para transmitir conocimiento y sensibilidad, así como información y adecuación a las opciones de trabajo productivo y de un juicio ético y moral que va inserto en la filosofía y no solo en el clamor popular de la democracia aristotélica.
Por lo anterior, pienso que en la consulta educativa, como ha sucedido en otras consultas previas, no se va a poder hacer caso al sinnúmero de sugerencias de personas de buena fe, pero sin conocimiento del tema, y al final todo llega a la centralización que sufrimos y el Secretario, con sus colaboradores, tomará las decisiones pertinentes de acuerdo a su asesoría personal para llevar a cabo la nueva reforma, que se suma a las otras diez que he vivido en mi ya larga existencia.
Ojalá que el Instituto de Evaluación y los verdaderos investigadores educativos –que sí existen, como el caso de Guevara Niebla– tengan mano en la opinión y no los administradores o políticos, como ha sido el caso de este sexenio y como también parece ser en las propuestas actuales, pues muchos de los ponentes no tienen experiencia, ni el conocimiento, ni el sentir necesario para opinar sobre un tema tan fundamental en el desarrollo del país.
Otros importantes proyectos requieren también opinión técnica, pues no todo se puede manejar solo con democracia.
Descartes: Pienso, luego existo… La aristocracia del pueblo debe rendirse ante el método científico y el avance tecnológico de la sociedad del conocimiento.
