Me refiero a las elecciones en todo el país
Después de los cambios que se hicieron, desde la época del presidente Zedillo, a las leyes y procedimientos electorales, el país ha mejorado en la supervisión de las elecciones, pero ha producido demasiados movimientos internos, ampliación de las candidaturas, mucha participación y si bien se ha logrado una buena vigilancia, se ha producido un sistema de enorme confusión, por los brincos de los políticos de un partido a otro, por la masiva solicitud de candidatos a participar y por la pérdida de las ideologías, pues ahora los personajes se mueven por interés del poder, no por defender una forma de ser y un pensamiento que respalde su interés.
Aquí en Nuevo León observamos el mismo fenómeno y ahora hay en los municipios múltiples candidatos a las alcaldías, a las diputaciones y, en fin, se ha perdido el orden y como hemos señalado previamente, las campañas se han convertido en bolsas de trabajo, en donde lo que se quiere es asegurarse una “chamba”, para tener recursos a través del poder y se ha olvidado a la ideología, conjunto de ideas y formas profundas de ver cómo servir, que es la definición de política fundamental.
Esa es la causa del incremento acelerado de la corrupción, que antes era folclórica y mínima, pero existía, y que ahora es masiva, porque ya no se defienden las ideas, sino los intereses.
Ojalá Aristóteles resucitara en compañía de Sócrates y Platón; vinieran y nos dieran un curso básico de por qué el ser humano requiere un alma política y no solo un interés corpóreo y mundano. Así podríamos encontrar nuestro rumbo de servicio y defender nuestra identidad cultural como nación.
Descartes: Pienso, luego existo…El libre mercado y el fin de las ideologías.