Revisando una antigua documentación del pacifista arzobispo de Sudáfrica, Desmond Tutu, recientemente fallecido a la edad de 90 años y quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1984, pensé que en nuestro país se requiere esa temática para evitar lo que nuestro Presidente, consciente o inconscientemente, está produciendo. Me refiero al odio.
Si en Sudáfrica pudieron Mandela y el arzobispo Desmond Tutu lograr la reconciliación y el perdón, por qué aquí en México nuestra discusión es alrededor de las diferencias y no de la unidad; y no existe el concepto del perdón, tanto para aquellos que no coincidimos con el Presidente, como por el mismo Presidente, que está generando contradicción, odios y diferencias, en lugar de generar unidad, conciliación y perdón.
Me refiero fundamentalmente a que en los temas torales, como es el caso del proyecto de la reforma eléctrica o la opinión de que no habrá indemnizaciones en los contratos, tiene una actitud radical, que no permite el perdón de aquellos que abusaron o del gobierno mismo, que se aprovecharon de las ventajas naturales que tiene un bello país como el nuestro.
Por eso se requiere la filosofía del perdón y de la conciliación nacional. Yo pienso que ahora que viene una votación, en lugar de hacerla convencionalmente como sí o no, que todo esto está en la incertidumbre y mala administración, habría que hacerla en el perdón, no en el odio. Porque este país nunca había estado, con todas las irregularidades existentes, en el borde del cataclismo que genera el odio sin capacidad de perdón.
Este tema también tiene que ver con algunos ejecutivos de estados que, en lugar de dedicarse solo a gobernar, están también generando odios pasados, legales y posiblemente reales, pero que nos llevan a la contradicción, en lugar de a la unidad.
Descartes: Pienso, luego existo… Ojalá aquí, en el bello estado donde nací, exista una actitud de fraternidad, dentro del sistema jurídico de las contradicciones, que no van a generar nada bueno para Nuevo León.
https://www.milenio.com/opinion/luis-eugenio-todd/ciencia-politica/el-valor-del-perdon