May 6, 2024

El síndrome de Pinocho de los políticos

Mentir es utilizar un mecanismo sofisticado del cerebro

Recientemente, según se publicó en Scientific American MIND , se ha descrito el llamado síndrome de Pinocho, que tiene un sustrato anatómico en el área prefrontal y que es parte de la vida, desde la infancia hasta la vejez; es decir, como dijo el filósofo Kant, todos tenemos el instinto de mentir, aunque desde el punto de vista de la fisiología nos cuesta más energía mentir que decir la verdad.

La mentira es parte sustancial al fenómeno de convencer y se practica mucho más en el entorno de la política del poder, lo cual hace que el encuentro entre quienes aspiran a un puesto público se base en el gran esfuerzo energético que se requiere para ganar a través de las mentiras.

Los niños también mienten, pues la mentira está inmersa en el sistema cerebral y es importante considerar que esta actitud es contraria de todas las religiones, pues tanto los 10 Mandamientos de Moisés, como el Islam y el Budismo la condenan.

Para muchos filósofos, como la alemana Bettina Stangneth, mentir es parte de la regla y no de la excepción, y por esa razón recientemente se ha descrito el llamado síndrome de Pinocho, que de acuerdo a estudios científicos existe también en los primates; es decir, que aun seres que no tienen mucha evolución en sus áreas cognitivas, mienten.

La fórmula para detectar mentiras ha sido utilizada en el derecho penal con el llamado detector de mentiras, que no ha podido ser reproducible en el 100% de los casos, y por lo tanto no es aceptado como prueba jurídica en la mayor parte de los países; solo aquellos que lo complementan con otros análisis, como la resonancia magnética.

En el mercado ya hay aparatos que detectan la verdad o la mentira, y también se utiliza el fenómeno acústico de la voz, que es como una huella digital, pues cada persona tiene un tinte específico de voz.

Espero que en el futuro las técnicas aquí descritas se utilicen en los procesos electorales. Así podremos votar por el mentiroso o por aquel que dice claramente la verdad, es decir, por quien dice lo que siente y habla lo que piensa.

Descartes: Pienso, luego existo… La mentira está inmersa en nuestra conciencia, desde la infancia y cuesta más esfuerzo y más inteligencia que decir la verdad.

https://www.milenio.com/opinion/luis-eugenio-todd/ciencia-politica/el-sindrome-de-pinocho-de-los-politicos