Pero la operación del sistema: pésima
El título de este artículo es explícito en cuanto a la situación de Monterrey y Guadalupe, pues la aplicación del derecho se hizo en base a las normas vigentes de carácter electoral, que están muy bien plasmadas y que han generado organismos como los institutos electorales estales, federales y los tribunales correspondientes y todas las instancias, para certificar o anular una elección.
Sin embargo, en los días de los procesos electorales, seguimos como país de tercer mundo, contando los votos a mano y pasando éstos por muchos lugares, donde se pierden, se agregan, se cancelan o se esfuman. Valga como ejemplo que en la elección de municipio de Monterrey, 40 mil votos estaban en duda, y por esa razón los magistrados, bajo un proceso democrático interno de dos contra uno, votaron a favor del PRI en dos áreas muy importantes en la entidad, como Monterrey y Guadalupe.
Es decir, se aplicó la ley a pesar de la fragilidad de la operación electoral. Esta situación me parece ridícula en el nuevo mundo de la informática, de la cibernética y de la inteligencia artificial, en donde solo se requiere aplastar una tecla para dejar constancia de la realidad y en donde hay mecanismos de defensa para que el sistema no sea infiltrado o aprovechado por forajidos electorales, que han existido tanto en el PAN como en el PRI y en otro partidos.
Valgan estas observaciones para insistir en que en las siguientes elecciones apliquemos la ley y mejoremos los procesos operativos de contar y trasladar casillas a los lugares adecuados, evitando se pierdan o se abran en el camino, como sucedió en estas elecciones.
Descartes: Pienso, luego existo… Excelente ley, sistema de tercer mundo, igual a incertidumbre; solo la diosa del Derecho Temis y su balanza nos salva.
