Hacia nuevas políticas públicas.
Luis Eugenio Todd
Actualmente Nuevo León vive, como buena parte del país, tiempos difíciles en materia de seguridad pública, pues a decir de los integrantes del Observatorio Ciudadano de Nuevo León, en nuestra entidad han venido aumentando los delitos de alto impacto, como los homicidios dolosos, el secuestro, la extorsión y el robo de autos, lo que impacta negativamente en la percepción ciudadana de la seguridad, a lo que se agrega el incremento de los delitos patrimoniales en el área metropolitana de Monterrey.
Este incremento en la criminalidad nos hace recordar que la pobreza y la desigualdad son dos de los más importantes factores que incentivan la criminalidad y la violencia, es decir, la falta de oportunidades, la insuficiencia de los salarios y la concentración de la riqueza.
Hace poco, Adolfo Sánchez, investigador de la UNAM, manifestó que para combatir la pobreza se debe elevar el crecimiento económico, aplicando políticas de justicia redistributiva, a través de la estabilidad económica, el crecimiento de la planta productiva, la generación de empleos y la corrección de salarios.
Por eso, los nuevoleoneses requerimos urgentemente, además de la mayor atención a la seguridad del estado y los municipios, inversiones en hospitales, escuelas, carreteras, calles, transporte, como la línea tres y una nueva cuarta del metro, pasos a desnivel, etc., que redistribuyan la riqueza. Estas son las políticas públicas que demanda la sociedad nuevoleonesa, no solo porque aseguran la estabilidad y garantizan la vida social, sino porque tienen como eje central el bienestar.