May 4, 2024

La muerte de los sacerdotes

El colmo de la violencia

Durante el siglo XX había tres figuras simbólicas en la comunidad, que además eran sus líderes: los médicos, los sacerdotes y los maestros, a quienes se declaraba intocables porque representaban figuras sacrosantas por su calidad moral y atención al prójimo.

Los tiempos cambiaron y el sacerdote empezó a perder prestigio por casos aislados de pederastia, abuso y conflictos con personas del sexo opuesto. Así se perdió el respeto inveterado a una figura que era y debe seguir siendo el refugio de la espiritualidad y además el lugar selecto de la reunión entre la confesión, que muchas iglesias preconizan y también el código de honor y de moral que se pierden cuando el bien y el mal aparecen, según la definición clásica de Platón.

A partir del siglo XX estas tres figuras, médicos, sacerdotes y maestros, empezaron a perder prestancia, dignidad y respeto de la comunidad y el famoso médico Gonzalitos, que donaba sus estipendios y regalaba su servicio, dejó de ser ejemplo y se convirtió solo en un símbolo de la historia. También los sacerdotes empezaron a perder toda esa presencia que acompaña al ser humano en todo su devenir histórico. Los políticos, que por supuesto también eran líderes, refugiaron su sinrazón en la ineptitud y la corrupción y en el aprovechamiento ilegítimo de su posición.

Ahora el sacerdote ya no está siendo respetado y los cientos de crímenes que se cometen contra ellos deben hacernos reflexionar que son figuras, que además de sus tareas de culto, nos orientan espiritualmente. Algunos podrán, incorrectamente, cometer delitos, pero la mayoría son objeto espiritual, alma de la comunidad y sobre todo representan la piedad, la solemnidad y todo lo bueno que existe en la naturaleza.

Por todo lo anterior el sacerdote debe seguir siendo respetado, cuidado y la pérdida de sus vidas reconocida como una verdadera tragedia de la civilización contemporánea que ha perdido mucho de la bondad, y hasta alguna parte de sociedad se ha refugiado en la maldad y llega hasta los asesinatos de sacerdotes, que defienden la justicia y la honorabilidad y además representan las figuras de los sacramentos.

DESCARTES: Pienso, luego existo… Qué tristeza que se está perdiendo el respeto al sacerdote. Hay que luchar por recuperar el prestigio del espíritu y no solo de la materia.

https://www.milenio.com/opinion/luis-eugenio-todd/ciencia-politica/la-muerte-de-los-sacerdotes