Cuidado con el divorcio producido por las tarifas.
El gobernador, que hizo una campaña basada en que él iba a tomar una posición de defensa de las bases populares, misma que se justifica plenamente por el origen de nuestro gobernante, que es un hijo de campesino y que hizo sus estudios con un esfuerzo especial y también su carrera política, siempre ha defendido su autenticidad popular.
Esto le ha sido muy útil, pero ahora, en el caso del alza en las tarifas, todos sabemos que la mayoría de la gente no tiene ingresos suficientes para una buena calidad de vida, y que el costo del transporte público lesiona a quienes menos tienen y tienen que usar el Metro o los camiones. Y aunque ha habido ideas buenas como la Ecovía, la verdad es que el transporte público del área metropolitana de Monterrey no responde a la calidad que esta ciudad demanda, por su desarrollo industrial, acervo educativo, su capacidad emprendedora y aunque en algunas áreas se vive con altos ingresos, en otras tenemos pobreza, ignorancia y todas las patologías sociales que padece nuestro país.
El alza de las tarifas sin haber consultado al pueblo y sin haber presentado un estudio bien documentado que mejore la calidad del servicio, dándole algo a la gente a cambio de impactar su sueldo o trabajo; y si esto se hace en forma arbitraria por un Consejo que nunca se había reunido, se presenta una verdadera inconformidad popular que hay que cuidar, porque cuando el gobierno pierde el contacto con el pueblo, más le valiera atarse una piedra de molino al cuello y tirarse al río, como dice la Biblia para los escandalosos, porque está perdiendo su sustento real.
