April 25, 2024

El espíritu: antídoto contra la depresión

Jueves Santo.

Luis Eugenio Todd

El pueblo mexicano tenía un gran acervo de espiritualidad y de integración familiar; además, en nuestra melancolía histórica añorábamos el romanticismo y la heroicidad de los personajes de la Independencia y de la Revolución. O sea, vivíamos con una gran ilusión.

Recientemente, la globalización, la transculturización de la comunicación y la informática a tiempo real, nos han hecho olvidar la importancia del espíritu que toda religión tiene y que forma parte del concepto platónico del alma, antítesis del materialismo histórico que caracterizó a algunas filosofías pragmáticas.

Esta nueva influencia cultural nos ha hecho perder lo que mejor que teníamos y cuidábamos: nuestro reducto familiar, y gracias a eso, ahora padecemos una depresión colectiva, ansiedad, adicciones y violencia; basta recordar los acontecimientos recientes en los que un joven armado con una pistola, cegó la vida de una maestra, y otro, con un cuchillo, agredió a otra normalista.

Por lo anterior, creo que esta semana, que tradicionalmente se dedica a recordar la fuerza del espíritu de la religión que fundo Jesús, debe producir una filosofía del amor, de un mundo trascendente y una justicia divina, por lo que, al margen de cualquier creencia religiosa o de un agnosticismo científico que es netamente material, hay que apostarle a la temática espiritual como una respuesta no teórica sino práctica, a la corriente depresiva, ansiosa y adicta de la época contemporánea.

Yo tuve formación religiosa, y no puedo entender con la ciencia, la presencia de un Ser Superior, que debe sentirse no solo razonarse con el intelecto. Grandes científicos se inspiraron en La Biblia, aunque no comprendieron metodológicamente su proceso. Y como decía Pascal, el célebre filósofo francés: “Mejor le apuesto a Dios, no vaya a ser cierto”.