April 19, 2024

PIIT: Proyecto que requiere renovación

El liderazgo es de la academia, no de la empresa.

   Luis Eugenio Todd

Conozco bien la historia del PIIT (Parque de Investigación e Innovación Tecnológica), que nació por la inspiración que el gobernador Natividad González Parás tuvo en los viajes previos a su toma de posesión, en los que visitó centros de investigación y desarrollo tecnológico en países como Alemania y España, que han desarrollado grandes proyectos de vinculación entre las universidades y el sector productivo con apoyo gubernamental, lo que él llamó la triple hélice.

Con esa visión, el gobernante, que yo considero es un estadista, construyó las instalaciones del PIIT en un área privilegiada, con todos los servicios que se habían adquirido del sector empresarial que apoya al Tecnológico de Monterrey y que fue un buen negocio para todos, porque los terrenos aledaños subieron de precio. Este programa funcionó con la incorporación, fundamentalmente, de la UANL y el CINVESTAV. Otras instituciones no hicieron mucho equipamiento moderno pero al menos participaron en el concepto de mentefactura, que desplazó el tradicional de manofactura.

Se nombró como director del mismo al ingeniero Jaime Parada, ex director de CONACYT, quien cumplió muy bien al integrar las empresas a un centro de desarrollo tecnológico, pero el ITESM abandonó el proyecto y dejó una incubadora en el área y actualmente está planeando su propio parque. Los resultados de todo eso muestran un organismo que produce pocas patentes, exclusivamente de la UANL, del CINVESTAV y de algunos centros mixtos del CONACYT, y no ha generado mística de trabajo, por la lejanía de las universidades.

Los gobernantes de esa época y los posteriores no tienen obligación de saber de ciencia y esa amnesia sobre el tema desplazó la ciencia básica, sin la cual no puede haber ciencia aplicada y generación de productos de alto valor agregado, basados en las patentes correspondientes, y se dedicaron a entregar esta oferta de progreso al sector privado, en donde hay interés por la investigación, pero no producción de ciencia y tecnología.

Por todo esto, creo que es momento de la renovación y de que el parque se entregue a la UANL, nombrando como director a un universitario con experiencia probada en la vinculación, por ejemplo el ingeniero José Antonio González, que fue director de FIME y rector y quien, como seguramente hay otros, tiene las credenciales para que ese centro cumpla los objetivos originales, porque en la actualidad está, como se dice en los toros: amorcillado en las tablas, y ya no puede embestir.