May 2, 2024

La obra de Jorge Treviño

Faltó mencionar la profundidad cultural

En evento celebrado en una sala del Tribunal Superior de Justicia que lleva el nombre de Jorge Treviño, se presentó un libro que comentaron Francisco Valdés y Lucas de la Garza. El texto es una autobiografía del gran gobernante que fue Jorge Treviño Martínez.

Durante la presentación se abordaron muchos temas que, con tersura y suavidad, hablan de una personalidad única; porque no estando preparado para gobernar a la usanza convencional de los partidos tradicionales, logró emerger y salir de la profundidad de su propio ser para construir toda una filosofía del arte-ciencia de gobernar, que se basa en la sencillez, la tranquilidad, la ternura y el buen juicio, al margen del interés de los partidos y como dice el texto: solo lo hice por Nuevo León.

Dentro de esos comentarios faltó el interés supremo de Jorge por la cultura, pues gracias a él se estructuró la Pinacoteca, que persiste como obra regional, a pesar de todos los desaires que ha tenido.

En esa época se creó el museo Marco, que no es privado, sino público; se hizo gracias a un concilio entre Gobierno e iniciativa privada, lo construyó el arquitecto Legorreta. Es uno de los mejores museos de arte metropolitano del continente, creado por iniciativa de Jorge y gracias a la gestión de los terrenos que hicimos en esa época.

También se olvidó que gracias a este gobernante, el antiguo palacio municipal, que estaba convertido en un juzgado lleno de expedientes, se transformó en el Museo Metropolitano.

Como corolario, recuerdo que gracias a Jorge se introdujo la educación personalizada, para darle a cada quien lo que puede ser y no lo que el Gobierno quiere que sea y también la gestión social de la jubilación dinámica, para que los maestros tengan el derecho a su retiro con dignidad. Esas y muchas otras cosas más se olvidaron de un gobernante ejemplar que sigue sin cambiar de personalidad, simplemente creando, viviendo con fuerza existencial y ganando cientos de amigos que lo admiramos y nos sorprendemos de su perenne fórmula de dar, amar, comprender, perdonar, tolerar y sobre todo de crear.

DESCARTES: Pienso, luego existo… El libro de Jorge Treviño: ejemplo de gobernanza y de respeto a algo que no es política del poder, sino del espíritu y del saber, que es la cultura, que ahora se está perdiendo por intereses mezquinos.

https://www.milenio.com/opinion/luis-eugenio-todd/ciencia-politica/la-obra-de-jorge-trevino