Negocio privado; dinero privado
La construcción del necesario nuevo aeropuerto de la Ciudad de México ha generado mucha polémica y un aparente conflicto entre AMLO y su amigo Carlos Slim, así como con un grupo muy importante de empresario que tiene temor a que México pierda su economía mixta. Y además quieren continuar con ese proyecto, donde el 70% del mismo es de empresas de Carlos Slim y el resto es de otros constructores privados, bien conocidos por sus relaciones con el régimen.
López Obrador les contestó que si es tan buen negocio como ellos dicen, que lo hicieran con su dinero, y recientemente un experto en aeropuertos internacionales señaló que sí era factible, a pesar de que estaba iniciado, cambiar el modelo y que fuera concesionado al sector privado en forma total.
Así, el dinero invertido no sería del pueblo de México, sino de los inversionistas y empresarios que obtendrían sus ganancias de la concesión y construcción de ese aeropuerto sobre el lago de Texcoco, a pesar de que el candidato dice que sería cinco veces más barato adaptar el viejo aeropuerto militar de Santa Lucía.
Tomando en cuenta estos factores, lo que se debe discutir es el costo y las ganancias futuras, y si la iniciativa privada quiere absorber el proyecto, hay que concesionárselo, recordando que en México, el 70% de los habitantes nunca se ha subido a un avión, por lo que un aeropuerto beneficia al turismo, por supuesto, pero solo al 30% de los mexicanos comunes que viven en esta bella nación que Dios nos dio.
Descartes: Pienso, luego existo… Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
