Una lucha muy difícil
Ahora resulta obvio que el sistema político mexicano tradicional, que es fuerte y cerrado y que por supuesto encabeza el Presidente de la República y los organismos que se han creado para darle validez al procedimiento electoral, pero que tienen la influencia de partidos políticos y por supuesto del Ejecutivo, van, así lo han demostrado, en contra de todo aquello que lo debilite o le genere suspicacias o miedos.
Igual que con el llamado Pemexgate, y otros casos de corrupción, el sistema se ha cubierto con procedimientos que protegen lo que es el proyecto político mexicano que empezó en el siglo XX y que ahora lucha por sobrevivir ante los embates de un siglo XXI basado en la cibernética, las redes sociales y la comunicación a tiempo real.
Yo no sé si Jaime Rodríguez El Bronco, nuestro gobernador con licencia, pudiera ser un buen candidato o presidente de la República y aunque creo que en Nuevo León dejó algo que desear, lo que sí sé y me mueve a escribir esto, es que está luchando como un llanero solitario contra un sistema creado a través de muchos años, que es hegemónico, con lo que no permite nuevas personalidades que él no impulsa.
De ahí la necesidad de subrayar que el Instituto Nacional Electoral responde a intereses políticos y el Tribunal Federal Electoral, que es la última esperanza, también, igual que la Suprema Corte, representan los intereses de un sistema que de tan cerrado algún día va a explotar y como dijo Reyes Heroles “cuidado con el México bronco”; y no con El Bronco, sino con el México que todavía recuerda la revolución que le permitió algunas garantías personales y sociales.
DESCARTES: Pienso, luego existo… Contra un sistema cerrado hay que recordar a la almeja, que se cierra cuando tiene miedo.
https://www.milenio.com/opinion/luis-eugenio-todd/ciencia-politica/el-sistema-contra-el-bronco
