Trump no tiene piedad
Ahora resulta que los Estados Unidos se refugiaron en una vieja ley y la aplicaron indiscriminadamente para, en la frontera, separar a los niños de sus padres. Esto es un crimen de lesa humanidad y lo está haciendo el país más desarrollado del mundo.
Como yo pasé muchos años en EU, sobre todo en el noreste, conocí la calidad intelectual de muchos personajes que son los que marcan la filosofía y el recuerdo histórico de ese país formado por colonizadores ingleses, que luego establecieron un sistema comercial y gradualmente lo fueron convirtiendo en el actual poderoso país, integrado por inmigrantes de todas las razas: judíos, irlandeses, franceses, ingleses, mexicanos y sudamericanos, que le han dado su alto desarrollo científico, tecnológico, empleos bien remunerados y todo un síndrome de progreso que, lamentablemente, se acompañó de una tendencia guerrera y de conquista de otros territorios.
Por lo anterior me parece un horror psicosocial, comparable al de Hitler, separar a los niños de sus padres, recluyéndolos en pequeñas cárceles mientras corren a sus papás del país por irregularidades legislativas y aunque entiendo que la ley debe cumplirse, también coincido con Flores Magón, que decía: “Qué me importa estar en contra de la ley, si estoy del lado de la justicia”. Es decir, la equidad es el valor supremo en el comportamiento de los seres humanos.
Descartes: Pienso, luego existo… Ojalá el próximo presidente de México se oponga con firmeza e inteligencia a estas actitudes del actual gobierno de los Estados Unidos.
