April 16, 2024

¡Qué desastre: Ya no podemos vivir así!

Me refiero al problema vial.

Luis Eugenio Todd

La palabra planeación no ha existido en los gobiernos estatales y municipales durante mucho tiempo y la mayoría de ellos se han dedicado a autorizar construcciones a diestra y siniestra, para favorecer intereses económicos, olvidándose de la paz social, que es un derecho inalienable de los habitantes de una ciudad que ha sido sacudida y lastimada, por la irresponsabilidad de los que deben tomar las decisiones y que están exigiendo que los dejen vivir bien.

En la actualidad, en el Estado nadie ha tomado la iniciativa de crear un instituto de planeación urbana vial que coordine todos los municipios y que permita la vectorización de los esfuerzos y un trabajo conjunto de alta jerarquía, que resuelva este desastre de dos millones de carga vial que ahoga nuestra área metropolitana y produce serios problemas de convivencia social.

Mientras en los municipios cada quien hace lo que le da la gana, en algunos como San Pedro se autorizan edificios a diestra y siniestra para favorecer intereses del llamado mercado libre; en otros, como en Guadalupe o en Monterrey, se toman iniciativas aisladas que no son secundadas por San Nicolás, Escobedo o Santa Catarina, que tienen otra forma de ver este problema.

Aunque han existido esfuerzos de planeación desde la época de Pedro Zorrilla o Jorge Treviño, los gobernantes siguientes mandaron al cesto de la basura los programas de Padilla, Cortés Melo y todos los prohombres del urbanismo, cuyos consejos, conocimientos y experiencia no fueron tomados en consideración en el tropel de la búsqueda del poder por el poder financiero y no por el poder social.

El pan de cada día en esta sufrida ciudad, otrora orgullosa metropolitana de Monterrey, genera lesiones a la salud pública, pues se vive menos y con más enfermedades, gracias a la contaminación ambiental producida por los vehículos; se rompe la armonía social, porque las horas-hombre de trabajadores se pierden inútilmente en la parafernalia de esta enorme carga vial; también la psicología social se afecta, pues el mal humor, el uso de malas razones y el enojo social compartido han hecho de esta ciudad un área de violencia subjetiva y psicológica, además de la desesperación y la angustia que conducen a la depresión y por consiguiente a las adicciones.

Ahora tenemos un gobernador independiente que prometió una planeación urbana integral, pero después de un año no ha cumplido con esa promesa; ojalá recuerde que esa es una de sus responsabilidades y cumpla con ella, porque si no, el pueblo no le va a dar su aval para otras encomiendas.