Liliana Melo de Sada y Carlos Maldonado
El Congreso del Estado otorgó esta semana un histórico reconocimiento al entregar la medalla Fray Servando Teresa de Mier a Liliana Melo y Carlos Maldonado. Esta presea representa en Nuevo León una nostalgia social para la génesis de nuestro devenir histórico del siglo XIX y su repercusión posterior.
Para Liliana esta presea es el aplauso unánime que todos los sectores sociales hacen a una persona con belleza intrínseca, y con un alma social que ha generado múltiples iniciativas de impregnación cultural, derivando a un lado su condición privilegiada y participando en el despertar cultural de una entidad que tiene un enorme desarrollo industrial y comercial, que apenas empieza a equilibrarse con el quehacer del espíritu, que la cultura representa y que nos da sensibilidad y valores para no caer en el materialismo del liberalismo económico exagerado que nos aqueja. Por todo lo anterior, nuestra felicitación.
El otro caso también es representativo del impulso generoso y solidario que conserva la cultura de nuestra entidad y que se hizo patente con el ejemplo de Carlos Maldonado, empresario con raíces tradicionales profundas que ha dedicado su tiempo, su esfuerzo, sus recursos, para tener la profunda satisfacción de servir y dar a aquellos que menos tienen. Sus impulsos generosos y su participación activa en estos temas sociales han estado presentes no solo en el Estado, sino fuera de él, como es el caso de la enorme labor social que desarrolla en el estado de Chiapas.
Ojalá que el ejemplo de Carlos Maldonado influya en muchos empresarios, que a veces en su ceguera mercantil se olvidan de la imperiosa necesidad de sobrevivir en lo social, para equilibrar el yo egocéntrico con el nosotros del amor. Don Carlos merece esta presea y muchas más.
Estos sentimientos de la cultura y el servicio a los demás han estado impregnados en la historia del Monterrey desde el siglo XIX y posteriormente en el siglo XX, pero siempre desbordados por la industrialización; sin embargo ahora, con la nueva economía del conocimiento y la transculturización producto de la comunicación, la cibernética y sobre todo de una economía liberal que le da jerarquía al desarrollo financiero, se está replegando el mundo hacia los aspectos pragmáticos, y los empresarios, que son ejemplo por su labor social del siglo XX, deben retomar esos sentimientos y darles un mayor fervor para conservar la tradición de la solidaridad del Monterrey histórico de siempre, aquel del acervo emprendedor y de la educación con instinto social.
Descartes: Pienso, luego existo… Honor a quien honor merece y por favor que sirva de ejemplo.
