Aquellos que se oponen a la cultura
Como decía Israel Cavazos, hace más de 600 años en NL solo había chichimecas. Ese nombre significa linaje de perros, que le habían puesto las culturas indígenas mexicanas. En aquella época, las grandes culturas de Mesoamérica, le daban ya importancia a la astronomía y practicaban el arte, primitivo pero existente, el que era parte del hábitat.
A partir de 1824, en que nos constituimos en estado, en Nuevo León tuvimos poca extensión cultural, aunque recordamos con cariño a fray Servando, a Gonzalitos y a Alfonso Reyes, pero a principios del siglo XX se inició la actividad industrial, que generaba riqueza material, pero no tenía espíritu e identidad.
Fue Raúl Rangel Frías, quien en los años 50 del siglo XX, inició un proyecto cultural en la universidad, que sobrevive. La universidad sí hacía participar a los estudiantes en la cultura y fundó los talleres y escuelas que todavía existen.
Después vino la inyección cultural, que debemos a Natividad y eso reforzó lo anterior y abrió muchos espacios que había iniciado previamente Jorge Treviño, como el Museo Metropolitano, Marco y la Pinacoteca, pero Natividad los institucionalizó, con los nuevos campos artísticos.
Ahora el Estado tiene actividades artísticas y da pena que en San Pedro no se comprenda la importancia de que la gente aporte obra y fortalezca al patrimonio cultural, pues solo la Pinacoteca y Cervecería tienen obra propia. Por todo eso vale la pena que Conarte estimule que salgan del clóset los cuadros que hay en casas de los ricos y los donen como antídoto del pragmatismo que nos caracteriza. Esto último es responsabilidad del Gobierno, que debe ser el líder y va muy lento.
Descartes: Pienso, luego existo… Conarte debe estimular los donativos privados.
https://www.milenio.com/opinion/luis-eugenio-todd/ciencia-politica/los-chichimecas-del-siglo-xxi
