Una nueva tesis: Albano Flores
Hace algunos años, estudios científicos en el área de la salud detectaron un síndrome que se llamó apnea del sueño y que consistía en trastornos respiratorios que alteraban las fases del sueño y sobre todo perjudicaban la oxigenación del tejido cerebral, tan importante en todas las funciones del cuerpo humano.
Esta sintomatología se trató al principio con un aparato de presión positiva que se conectaba a los pacientes durante el sueño y que evitaba esos trastornos respiratorios y el llamado paro apneico, que acompaña la respiración denominada de Cheyne-Stokes. En esa forma mucha gente se alivió.
Sin embargo, las investigaciones continuaron y aquí en Monterrey me llamó mucho la atención que un extraordinario odontólogo y cirujano maxilofacial egresado de nuestra universidad, el doctor Albano Flores, percibió en el ejercicio de su especialidad que este síndrome también afectaba otros órganos y generaba padecimientos que muchas veces no tenían causa aparente. Para lograr lo anterior, ejerció un liderazgo de un movimiento médico en donde se analiza la cavidad bucal, la respiración, las posiciones de la estructura maxilofacial y todas las repercusiones integrales que esto tiene sobre la oxigenación cerebral y el efecto en otros órganos y padecimientos.
Este brillante odontólogo está liderando una tesis para que cardiólogos, gastroenterólogos y muchos otros especialistas que tratan padecimientos cuyo origen no es muy claro puedan pensar que posiblemente la etiología de estas enfermedades es la falta de sueño normal y que esto afecta muchos sistemas fisiológicos, y además puede y es la causa de accidentes cerebrovasculares que dejan parálisis y muerte en múltiples casos en la vida real.
Por todo lo anterior, este artículo tiene por objeto abrir los ojos a la gente enferma, y sobre todo a los médicos, para que reconozcan que ante la duda es importante practicar estudios del sueño en sus pacientes, los cuales yo espero que se bajen a costos accesibles y también el costo de la máquina que trata el padecimiento, para que lleguen a todas las clases sociales y no solo a las élites económicas. Solo así la medicina social tendrá el efecto de disminuir la morbilidad y mortalidad, que a veces tenemos con padecimientos cuya causa no conocemos.
Descartes: Pienso, luego existo… Aquí en Monterrey tenemos un personaje visionario en un tema crucial para la salud: el sueño al acceso de todos.
