Educar para transformar y transformar para trascender
El día de ayer el rector, maestro Rogelio Garza Rivera, presentó el informe anual en el que describió sus actividades durante este último año y además tomó posesión de su segundo periodo, que lo impulsa a cumplir los seis años que conforme a la ley duran los rectores de la UANL.
A este personaje, ahora llevando la batuta de la máxima distinción académica a que un universitario puede aspirar, lo conocí desde que estaba en los últimos años de sus estudios profesionales. En aquella época de la transición de la anarquía al establecimiento del orden académico, con afecto le decíamos el ranchero porque usualmente portaba un sombrero y una actitud sonriente y carismática, que no se le ha quitado en los 40 años que tiene de servir a la institución.
Él es hechura de la Facultad de Mecánica, en donde estudió y fue maestro y director, y lleva impregnado en sus genes, en forma íntegra, el espíritu de la universidad. Además se proyectó no solo en el área académica, sino también en el deporte, pues participó en los Auténticos Tigres, en aquella época campeones en dos ocasiones, y también en el basquetbol. Es decir, practicaba el concepto latino de “mente sana en cuerpo sano”. Todo eso le inspiró el fervor universitario que todavía practica.
Durante su rectorado ha seguido los esquemas tradicionales valiosos de la universidad, como la profesionalización, la extensión de la cultura, la investigación y la proyección social, pero se ha caracterizado por el impulso a lo que él llama trascender, o sea, llevar en el espíritu universitario la emoción de ser algo más, no solo en el desarrollo del yo, sino en el del nosotros, dentro de lo que se denomina el programa Visión UANL 2020. Ésa ha sido su marca personal.
Reitero, su afable sonrisa, su trato humano, su sencillez y su capacidad de reconocer los valores en otros universitarios, así como el apoyo continuo a la difusión de la cultura y la nueva diversificación de las carreras, y la creación de programas nuevos de investigación científica nos permiten respirar con tranquilidad porque nuestra universidad está en buenas manos, trabajando con todos y a tiempo, y bajo un liderazgo que impulsa la trascendencia para el servicio.
Descartes: Pienso, luego existo… La UANL, semillero del espíritu académico, pero también de la preocupación social. El rector, ejemplo de la acción de trascender para servir.
https://www.milenio.com/opinion/luis-eugenio-todd/ciencia-politica/el-informe-del-rector_3