March 29, 2024

El “Chapo” de la tele

Novela o realidad

En esta época de la verdad aparente y no de la realidad, así como de la impregnación conductista permanente de las redes sociales, el cine y la televisión, se pueden generar y producir ídolos que atraen a los jóvenes y a las mujeres, y que generan sentimientos de comprensión y generosidad de acuerdo al mensaje.

Como decía el famoso Marshall McLuhan: el medio es el mensaje, y en esa forma Netflix ha hecho de El Chapo una leyenda muy atractiva, en la cual un personaje simpático y afable en el exterior dice con voz amable y alegre que él solo se defiende y que no es más que un campesino humilde que tuvo que cultivar amapola y mariguana, así como importar cocaína, para que su familia y sus amigos sobrevivieran.

Detrás de esta imagen está otra, hecha en superlativo por otros medios, que han dicho que es uno de los hombres más ricos del planeta y que controlaba las drogas a nivel mundial.

Ahora le están haciendo un juicio y en el primer día él acusa a Calderón y a Peña Nieto de haber recibido sobornos para dejarlo trabajar y permitirle escapar. Esto ha causado una gran conmoción, ya que es bien conocido que sí han existido personajes del gobierno y del Ejército involucrados en el tráfico financiero que permite el flujo de drogas en forma transfronteriza, y que bajo la atracción del gran mercado norteamericano y de la permisiva legalidad de comprar armas en la unión americana, ha destrozado la seguridad en nuestra nación, colocando a México entre los países más violentos del mundo.

Yo no creo que los presidentes fueran tan ingenuos para aceptar sobornos en forma directa y que El Chapo y sus abogados puedan demostrar algo, pero dado que estamos en la época de la comunicación y transculturización a tiempo real, el escándalo dejará una mancha que será explotada por la morbosidad que caracteriza las redes sociales y colaborará en una sociedad en que ya nadie cree en nadie, pues nuestros líderes están en el nuevo infierno que no imaginó Dante Alligeri, que según La Divina comedia, debía castigarnos con el fuego eterno.

Descartes: Pienso, luego existo… Desgraciadamente, las novelas quieren convertirse en realidades en el mundo actual.

https://www.milenio.com/opinion/luis-eugenio-todd/ciencia-politica/el-chapo-de-la-tele