Se creyó César, el romano
La frase del título es de Julio César, que en Roma, a su regreso de una guerra, declaró veni, vidi, vici, refiriéndose a su rápida victoria. Esta parodia la quiero expresar en relación a nuestro amigo Aldo Fasci, que acaba de tomar la Secretaría de Seguridad y que llegó, cesó a medio mundo, ordenó disparar y quiere imponer su voluntad con un mando imperial sobre todos los municipios.
Este hecho no es más que un ejemplo de lo que sucede en México cuando llega un nuevo funcionario y que, por nuestra idiosincrasia fatalista mexicana, quiere desaparecer todo lo que hizo el anterior y empezar con borrón y cuenta nueva.
Estos hechos son de inmadurez, pues en la administración pública no puede modificarse radicalmente lo anterior sin antes estudiar profundamente las virtudes y los defectos. Además, el nuevo tiene que reconocer que su estadía va ser transitoria y sus deseos deben ser propositivos y no solo críticos; sin querer iniciar un amanecer, sin reconocer que en los crepúsculos anteriores también hubo aciertos y que no se pueden tumbar de un manotazo las piezas de un ajedrez complejo.
Descartes: Pienso, luego existo… Todo esto parece un juego para obligar a los banqueros a negociar. Ojalá lo logren
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