Puntero en las encuestas
Para el que esto escribe, López Obrador es un personaje interesante, que fue miembro del PRI y desde joven tuvo la inquietud política en su natal estado Tabasco. Su tenacidad, así como un sentido mesiánico de grandeza y un afán sincero por alcanzar el poder, lo ha empujado a ser candidato a la Presidencia en tres ocasiones, de las cuales dos ha perdido, por mecanismos extraños, que no han sido analizados con objetividad.
Actualmente presenta una nueva faceta, donde parece rectificar los errores, como su tendencia al fundamentalismo, al paternalismo, a la falta de escuchar y de tolerar la crítica contestataria de aquellos que no coinciden con él y ha generado, en la actualidad, un discurso que parece sincero, aunque por sus antecedentes genera mucha desconfianza, en el sentido de haber cambiado y no ser ya un hombre de izquierda radical, sino más bien de un estilo progresista social.
Su franqueza, su falta de antecedentes de corrupción, su estilo de vida, son ejemplares, a pesar de que muchos críticos señalan que son síntomas de hipocresía y que llegando al poder no será lo que él presume ser.
Su crítica principal es que, en su afán por aglutinar fuerzas en esta campaña presidencial, se ha rodeado de gentes de dudosa reputación política, pero yo pienso que, recordando otras épocas, en las campañas se barre para adentro, para aglutinar personas y después en el poder se barre hacia fuera. Él es una incógnita todavía, pero como el pueblo quiere un cambio, ahora tiene una mejor opción, que en otras épocas.
DESCARTES: Pienso, luego existo… AMLO se caracteriza por su capacidad, tozudez, firmeza y aparente honestidad. Hay dudas sobre su realismo y acervo administrativo y tecnológico.
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